miércoles, 11 de noviembre de 2015

HEMORRAGIA


La hemorragia es la fuga de sangre fuera de su camino normal dentro del sistema cardiovascular provocada por la ruptura de vasos sanguíneos como venas, arterias y capilares. Es una situación que provoca una pérdida peligrosa de sangre y puede ser interna o externa y dependiendo de su volumen puede originar diversas complicaciones (anemia, choque hipovolémico).



Hemorragia interna: Es la ruptura de algún vaso sanguíneo en el interior del cuerpo.


Hemorragia externa: Es la hemorragia producida por ruptura de vasos sanguíneos a través de la piel, este tipo de hemorragias es producida frecuentemente por heridas abiertas.







SEGÚN EL TIPO DE VASO SANGUÍNEO ROTO


Hemorragia capilar: Es la más frecuente y la menos grave pues los capilares sanguíneos son los vasos más abundantes que menos presión de sangre tienen. La sangre fluye en sábana.


Hemorragia venosa: El sangrado procede de alguna vena lesionada y la sangre sale de forma continua pero sin fuerza, es de color rojo oscuro.


Hemorragia arterial: Es la más grave si no se trata a tiempo, el sangrado procede de alguna arteria lesionada y la sangre sale en forma de chorro intermitente, es de color rojo rutilante.


CONSECUENCIAS


Cuando el sangrado es importante e implica una pérdida de volumen de sangre que se aproxima al 70%, suele ocurrir un "choque hipovolémico" La gravedad de una hemorragia depende de:


1. La velocidad con que se pierde la sangre.
2. El volumen de sangre perdido.
3. Edad de la persona.


TRATAMIENTO


La principal medida a realizar ante una hemorragia externa es la presión directa para cohibir el sangrado, con posterior vendaje y desinfección de la herida. El empleo de torniquetes debe estar restringido a hemorragias masivas, por el riesgo de necrosis del miembro sangrante. La pérdida de un volumen cuantioso de sangre se suple con transfusión de sangre.


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